Durante la
semana anterior a la festividad de Todos los Santos, hemos celebrado esta fecha
en la BBTK. Todo comenzó el lunes por la tarde en nuestro taller, en el que un
grupo de alumnos y alumnas decoraron la BBTK para convertirla en el escenario
terrorífico que necesitábamos para nuestras siguientes actividades. Tropeles de ratas corrían por los estantes,
bandadas de cuervos nos miraban acechantes desde las corcheras y algún que otro
gato negro debió escapársele a alguna bruja y corrió a esconderse en nuestra
BBTK. Decoramos la columna con crespones negros y calaveras y un pequeño ataúd
custodiado por dos espantosos árboles llenos de telas de araña daba la bienvenida
a los pobres incautos que osaban asomarse a conocer a nuestro esqueleto pirata.
Al fondo, sobrevolando sus dominios, una temible bruja volaba en su escoba
aprovechando la luz de la luna llena.
El miércoles
29 de octubre comenzaron las actividades.
Tres grupos de alumnos mayores, del PCPI, Diversificación y 4º de ESO
prepararon en clase la lectura de unas cuantas leyendas urbanas, alguna de
ellas acontecida aquí en nuestro instituto. Estos grupos han sido los
encargados de transmitir estas historias a nuestros alumnos más pequeños.
La mesa de
contar historias ya estaba lista. Las velas encendidas. Las pócimas de las
brujas preparadas y un espantoso personaje esperaba, acechando en las sombras,
la llegada de nuestros querubines. Los nervios estaban a flor de piel y las
lágrimas a borde de ojo. La tétrica música envolvía nuestra BBTK generando un tenebroso
ambiente solo roto por los gritos de pavor de aquellos valientes que se
atrevieron a entrar en la guarida del cocinero sangriento.
Comenzaron las
historias y los alumnos empezaron a juntarse más unos a otros, a mirar bajo la
mesa… Tras escuchar las leyendas estupendamente leídas por los alumnos mayores
llegó la hora de ver uno de los cortos más impactantes del momento, “Luces
fuera”. Y cuando todos pensaban que ya no se podía pasar más miedo, cuando
todos creían que ya lo habían visto y oído todo, entonces, solo entonces surgió
como un demonio del abismo nuestro cocinero sangriento, cuchillo en mano, con
su mandil lleno de vísceras y sus afilados dientes para ofrecer un dulce a
nuestros asustadísimos visitantes. Bueno, a aquellos valientes que se quedaron
o a aquellos cuyo pavor hizo que quedaran inmovilizados, porque muchos otros
salieron corriendo. Otros grupos además cantaron y bailaron con nuestro
esqueleto pirata y todos saboreamos las estupendas pastas realizadas por los
alumnos de Hostelería con forma de esqueletos, calaveras, calabazas…
La jornada no pudo ser más
terrorífica y creo que ninguno, cada cual a su manera, olvidará esta sesión.
Muchas gracias a todos los que habéis formado parte de este teatro, a los
alumnos y alumnas lectores, a los alumnos y alumnas oyentes, a los alumnos y
alumnas que decoraron la BBTK, a los excelentes reposteros y a los profesores y profesoras que guiaron esta actividad.
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