Helena Gil Márquez
de 2 ESO G3 y Lucía Prieto de 3 ESO G3 han resultado ser las ganadores del
segundo concurso convocado por la BBTK en este curso 2019/20.
Dice así el poema
de Helena,
Qué de quererte querer
Te quiero
Y vivo soñando con qué
De quererme, querer
Me quieras.
Y los sueños, sueños son,
Porque cuando pasas por mi verá
Ni me miras siquiera.
Y yo quisiera quererte de veras,
Paseando de tu mano cada día de primavera.
Por fin llegó el frío invierno,
Y no quererme ni na
Que tú te bastas contigo
Y de mí no quieres saber na.
Que de olvidarte te olvidaría,
Ma de quererte, querer,
Te quiero.
Y así el poema de
Lucía,
Es … Fue
Fue alegría.
Era amanecer con
sonrisas.
Amor puro que
traspasaba los poros de mi cuerpo.
Fue … Era.
¡Ya no estabas!
Era sentir, eras
soñar, era volar entre las nubes.
Era como respirar,
como se respira en lo alto de la
montaña.
Fresco y puro.
Era … Fue.
¡Ya no estabas!
Fue andar descalzo
por un camino de espina.
La alegría, la
sonrisa.
¡Ya no estaban!
Todo se transformó
en lágrimas, ya no respiraba en aire de montaña.
¡Todo se oscureció!
Marchaste.
Fue … Era
Mi cuerpo de
ahogaba, se apagaron los días de rayos de sol.
La Luna ya no
brillaba, las olas del mar no tenían luz.
Fue. Era.
¡Ya no estabas!
Cómo leéis el amor
no correspondido fue el motivo propuesto para la creación literaria. Helena,
uno de los personajes de nuestro libro del año El sueños de una noche de verano, sufre porque su amado, Demetrio,
está enamorado de Hermia, amiga de la infancia de Helena. Así lo exclama en
este fragmento:
"¡Cuánto más felices logran ser unos que
otros! En toda Atenas se me tiene por su igual en su hermosura, pero ¿de qué me
sirve? Demetrio no lo cree así. Se niega a reconocer lo que todos menos él
reconocen. Y así como él se engaña, fascinado por los ojos de Hermia, así yo me
ciego, enamorada de sus cualidades. El amor puede transformar las cosas bajas y
viles en dignas, excelsas. El amor no ve con los ojos, sino con el alma, y por
eso pintan ciego al alado Cupido. Ni en
la mente de Amor se ha registrado señal alguna de discernimiento. Alas sin ojos
son emblema de imprudente premura, y a causa de ello se dice que el amor es un
niño, porque en la elección yerra frecuentemente. Así como se ve a los niños
traviesos infringir en los juegos sus juramentos, así el rapaz Amor es perjuro
en todas partes. Porque antes de ver Demetrio los ojos de Hermia, me granizó de juramentos, asegurándome que
era solo mío; y cuando esta granizada sintió el calor de su presencia, se
disolvió, derritiéndose el chaparrón de votos. Voy a revelarle la fuga de la
hermosa Hermia; no dejará de perseguirla mañana por la noche en el bosque; y
por este aviso, con solo que me dé las gracias, habré recibido un alto precio.
Pero bastará a mitigar mi pena el poder allá mirarle y retornar."
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